jueves, 24 de marzo de 2016

Escribir es tejer parches para coser el alma.
Los parches son eficaces hasta que acaban descosidos.
Esta palabra estéril expresa pero no ilumina.
Ahora solo vacío inexorable.
Se agostan las palabras al escribir,
se fatigan los pasos al andar
y todo se vierte en una espiral de carencias.

¿Qué has hecho con nosotros?

Desentrañábamos ciudades
como si fueran secretos celosamente guardados,
incendiábamos el cielo
con la luz de nuestros pasos,
arañábamos las tardes al sistema,
ensanchando el horizonte.

¿Qué nos has hecho?
¿Por qué ahora?
¿Por qué a nosotros?

Devuélvenos esa juventud que nos has arrancado de cuajo.





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