domingo, 17 de octubre de 2010

en la más sutil de las guerras...

reconoces tarde
que no hay entrega
sin pugna de silencio
y palabra doliente.

bailemos así,
jugando a caer en la imperfecta
belleza de otro error...
pero esta vez,
regálame un marcapáginas
pues no quiero perderme en el prólogo.

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