viernes, 11 de marzo de 2011

al acercarte,
la imagen no existe,
solo queda un reflejo de color ámbar apagado,
el tercer suspiro ante el mar,
la inquietud en la borrasca.

Una dimensión de cristales rotos me acoge,
pesan los pétalos del cuerpo
cuerpo roto por olvidos y flores inadvertidas,
se reclaman mensajes en la ventana,
mira
este poema es una llamada inconexa más
en otro lugar de paso,
un grito en el desierto de los abrazos mudos,
la soledad del pájaro que aprende a no volver.


Se pájaro:
palpa, besa, llora, deja.

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