viernes, 25 de marzo de 2011

paseas mientras maduran los rasgos de tu voz,
has perdido el tacto al ignorar sus espinas
por eso las nubes desconocen el laberinto
y hay juegos de barro
para los niños que miran inconscientes.

Tantos días amontonados en las mismas manos,
los deseos enzarzados te despiertan,
la cuesta sigue siendo la misma,
llueven los gestos en ciudades de papel,
el destierro se caduca antes del incendio,
los barcos se ocultan antes de volver,
el tañido de las campanas suena más antiguo
la estabilidad de la piedra te reconforta,
los abrazos te alejan de la muerte.

miras los cuerpos,miras otro té en otra mesa, el sueño del pintor olvidado, la música anónima en las calles, la percepción del que mira narrando, la profundidad del viaje.

Se te moja la ropa de tantos nombres pero las nubes no están,
los patos sobrevuelan el puente mientras eliges un rumbo sin porqué, sin cuándo,
sin con quien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

veo cómo madura tu voz

El último verso plantea una estructura circular y no añade demasiado al poema. la idea de bastarse ya estaba en el primer verso. La " no clausura" del poema deja espacio para que el lector interprete y lo hace más grande.

veo como madura tu voz y me gusta mucho.