jueves, 8 de diciembre de 2011

Es la trémula sonrisa
de quien se siente joven
bajo el cuerpo del invierno.

Los veranos de metal
se han derretido.
El hielo cura los cristales rotos,
nos embriagamos de viento
y desnudamos los matices del presente encendido.

La casa nunca estuvo vacía,
había ecos de lluvia en su interior.

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