domingo, 11 de abril de 2010

1: 42

silicona
en conversación despegada a mí.
Río que serpentea sin perder el cauce,
me aburren los argumetos del sordo.
Atar vacíos con cordel
de palabras contrapuestas
sigue defraudando mi escafadra latente.

El charco golpea mi conciencia
desdibujada
de forma convulsa
reviviendo huracanes en tierra ocre.

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