miércoles, 14 de abril de 2010

no caeré
en agua estancada
pues
sigo
aferrando convicciones
con celo
de fetichista.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amando estéticamente, según mi parecer, somos más sinceros que amando profundamente. ¿Qué es la profundidad, a secas, sin más? La profundidad siempre necesita la superficie, la tapa o el tapón. Y ¿quién entra en el hoyo? Nadie, pues se mira desde fuera y se dice: "en efecto, es un hoyo" y con eso hay de sobras.

Por eso, cuando convertimos nuestras ideologías en imágenes fulminantes, en ejemplos clarificadores, en luz pura y, ante todo y sobre todo, en sentimientos propios, allí estamos de verdad cerca de nosotros mismos y de lo que nos representa.

Toda representación, y con esto hago el colofón, es estética: y por eso, sólo por eso, Ane, podemos ver en nuestros paises (que aún no son Estados) grandes espejos de lo que aspiramos querríamos fuese un futuro. La realidad es, esencialmente, imagen, paisaje, rostro, y, en verdad, poco más.

Toda idea, o será fetiche, o no será.

ane dijo...

Un comentario trabajadísimo y mejor que el poema en sí. =) muchas gracias! Yo creo que sin nuestras ideologías dejamos de ser de alguna manera, nos desprotege perderlas, son quizás un ideal lejos de ser realista, pero a mí me parece necesario.