domingo, 20 de junio de 2010

cuestionar silencios duele


porque nada es más temible

que el vacío de no estar,

que los árboles que no existen,

que los anhelos que morirán

antes de esta misma fracción de segundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pregunto cuánto dura un verso. Seguramente, dependerá del tiempo que tardemos a leerlo, a comprenderlo. Pero, más allá de todo esto, debe tener todo verso un tiempo que le es propio, cercano, cálido. El último verso, habla de ese tiempo que le es propio: está claro, menos de un segundo.