domingo, 20 de junio de 2010

dame un segundo,
el águila se acuerda de ti al cerrar los ojos
pero no yo,
dame un segundo para mentirme
un poco más fuerte
y que tus brazos de hierro
no sucumban bajo la llama
de aquel fuego violáceo
que hablaba
de las horas
sin envejecer

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que, hace casi un cuarto de siglo, cuando escribía poemas, trataba de ver dos tipos de palabras. Las que podían ser puestas en un poema. Y las que no. Opino, en reminiscencia de esos tiempos pasados, que "entretanto" es una palabra altamente no poética.

ane dijo...

cierto. en realidad, al principio no lo había puesto, lo puse después...lo voy a quitar