miércoles, 3 de noviembre de 2010

no me convencen
los atradeceres made in hollywood,
ni los cuentos con final previsible,
ayer soñé que conocía a Rohal Dahl
en un café oscurecido
y contestaba sin titubeo.

NO soy la chica de piernas de mantequilla
que creíste ver,
pues en la montaña
aprendí a temblar menos que tú.

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