lunes, 18 de enero de 2010

dark night



Casandra
mira la lluvia caer
jugando con un caballo
de tiovivo alado y frágil
mojando lasciva sus medias de seda
que buscan sátira picante
y cenagosa.

Cuando nuestros
pasos,
antes de despedir otra noche calaginosa
sin beso,
con alcohol amargo y tiniebla
se
despiden,
olvidamos respirar
bajo la luz huidiza
de parca malintencionada
que nuestro deseo ennegrece.

¿Qué nos queda?
Versos indolentes
en toalla mojada.
Somos fantasmas en el vaho de la ventana.

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