lunes, 24 de octubre de 2011

no deseo
sí aciertas
ella mira la tarde cayendo como granizo
sobre labios secos.

la trama fue el espejo cubierto de arena,
los pergaminos ilegibles sobre el suelo recién pintado,
no hubo explicaciones,
las explicaciones siguen un esquema concreto
y se destierra en ellas, la última raíz de poesía.

La poesía perfila el silencio
hasta que aprendemos a callar mejor.

Un día, dejaron de esperar los cuerpos inciertos,
y nos estrellamos contra esta ciudad del Adriático,
donde el romero matiza la presencia del hombre incendiado
y toda esta lluvia es un caligrama azul.

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