miércoles, 15 de diciembre de 2010

cada golpe es día invernal
en una máquina de escribir ya expuesta
ante ojos que la miran como si fuera un trasto inútil
ante miradas que observan la melancolía que desprenden sus teclas.

lo inesperado llega cuando la voz desvela
grietas en el refugio,
hay piel de piedra cáliza
que cae al soñar con la misma mujer de Vermeer.

hay flores resignadas en la acera que nadie mira,
pero otras no pueden,
no pueden silenciar su eco,
pues el silencio rasga hasta el último susurro
de aquella ilusión bajo la arena negra.

Hubo un tiempo....donde la verdad permanecía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece que puedes intentar dejar a un lado las citas y tratar de describir a esa mujer. ¿ es la mujer que siempre espera?
¡ la que está detrás de la ventana?
la está atrapada en un mundo burgués?. se vé muy bien en el poema sin citar al pintor . megusta ND