lunes, 13 de diciembre de 2010

cuarenta días
al sol de otro cielo,
al mar sin mirada lluviosa,
al oeste del cuerpo
que me hablaba de ti,
en el patio interior
de una casa de rumor alejado

a un lugar cercano al olvido,
a la calma de una nube,
lejos de las murallas de tu nombre,
cerca del origen de la sed.