viernes, 7 de octubre de 2011

La imposibilidad
es otra negación a las cuerdas
que los ataron hace ya muchos otoños,
cuando sus voces menguaban con la noche
y lo desconocido parecía un terreno abarcable.

Aferrarse a la dificultad,
encaramarse sobre ella
sin pensar demasiado.


En esta ciudad no se advierte la tormenta,
está dentro de sus piedras,
bien saben que cuando la calle se vacía
el peatón tiembla.

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