domingo, 2 de octubre de 2011

risa cruel.

Consciente del arañazo
ella ejerce su dominio,
no duda un instante,
rompe la realidad con voz en off.


La calle de la incertidumbre
penitencia justa
para quien no la quiera.


Se nutre de lágrimas
porque no come,
siente el temblor ajeno
al apagar su cuarto cigarrillo,
limpia el cristal con una sonrisa
bebiendo ese miedo tan palpable
( y sin calorías)


Poco a poco
se libra de pequeñas presencias,
conoce el juego
de defender su fortaleza antigua.


No tiene remordimientos.
Hace lo que desea
porque puede,
se autoafirma solidaria,
jamás sometida al margen temporal;
desconoce el límite.

Su estructura calculada
es un éxito callado,
la contrareloj asfixia,
ningún cabo por atar.



Es una buena cristiana.
Esta noche dormirá muy bien,
nada la despertará al amanecer,
sus padres la creerán protegida.

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